La Rinascente Via del Tritone
Roma es una ciudad de contrastes temporales, el esplendor del pasado y del presente relucen en sus edificios. Es una ciudad que hace vida ese “renovarse o morir” sabe revivir los monumentos milenarios, sabe aprovechar la vejez de sus calles, sabe guardarse de los cambios efímeros para preservar la esencia de lo bello, de lo histórico, de lo que verdaderamente es digno de ser llamado herencia para la humanidad.
La Rinascente, ubicada en Roma sobre la Via del Tritone, abrió sus puertas al público en el 2017 a 150 años de la primera Rinascente de Milán y es un ejemplo de lo que significa aprovechar dos elementos históricos e integrarlos perfectamente en su estructura contemporánea.
Está construido sobre un acueducto romano del año 19 a.C. llamado Acqua Virgo mismo que se puede apreciar al bajar al piso -1. Frente a un bar y en medio de la exposición de prendas de ropa este acueducto cuenta con un sistema de iluminación que permite conocer su historia y su función a lo largo de los siglos mientras disfrutas una copa.
Sin embargo la verdadera complejidad de la obra arquitectónica ha sido la de construir la lujosa tienda departamental de 14.000 m2 que alberga más de 1000 tiendas y tiene 8 niveles, de manera que no destruyera sino más bien que envolviera un antiguo Palazzetto de 1900.
La comunicación que existe entre el interior y el exterior del Palazzetto con el resto del edificio es precisamente la esencia del proyecto: la terraza, las puertas, las ventanas y las dobles alturas del antiguo edificio dan un juego exquisito de perspectivas y de aparadores para las grandes marcas de lujo que alberga la tienda.
Los arquitectos tenemos en nuestras manos el pasado, el presente y el futuro, nuestra genialidad como artistas tiene mucho que ver con nuestro respeto a lo que nos precede, nuestra innovación para el presente y nuestra proyección para un mejor futuro.
